Si el amor fuese perfecto ocurriría al mismo tiempo, en el momento oportuno y sería simple. Fluiría sin complicaciones, ni dramas ni secretos. Pero si he aprendido algo es que el amor es todo menos perfecto. Y a veces, uno de los dos ama antes.
Dar o recibir no es lo importante, es acerca de estar, solo estar. Ni citas elegantes, ni regalos costosos, la presencia basta. Y a veces solo estar cuesta más que todo lo otro.
Una mujer de cristal
Lo que dice la gente
⭐⭐⭐⭐⭐
Puntuación: 5 de 5.
«Este libro me ha gustado bastante. Cuando lo vi no le tenía muchas expectativas por el hecho de ser spicy, ya que anteriormente me topé con uno que igual era spicy y simplemente no pude conectar con nada. Pensé que me pasaría lo mismo con éste, pero no. Este libro me encantó.
La autora supo manejar muy bien los personajes, la trama y las historias de cada uno de ellos de por qué sus actitudes en el presente. Hacía tiempo que no conectaba con un libro y éste me enganchó tanto que habían días que no podía parar. A referencia de mis anteriores lecturas puedo decir que lo leí bastante rápido.»
«Una mujer sin corazón fue toda una experiencia para mí, si no has tenido buenas experiencias en el amor o te han roto el corazón creo que vas a llorar mucho, así me pasó a mí. Al principio no entendía muy bien la actitud de Clare pero conforme pasaban las páginas hice más que empatizar, sufrí con ella y entendí el porqué su mente le jugaba en contra cada que veía la oportunidad, tenía tan arraigado el no merezco ser amada y no lo seré. Con justa razón.»
«Cuando comencé a leer el libro, estaba convencida de que los dos se enamorarían y que muy probablemente acabarían desistiendo de su cometido para vivir su historia de amor, lo que me llevó a continuar con la lectura ya con la decepción plasmada desde el inicio pues pensaba “si resulta ser de esta manera, será muy decepcionante”, sin embargo, el libro no me decepcionó y me sorprendió con un final que me obligó a enfrentarme a una inmensa variedad de contradicciones propias.»
Sólo entonces comprendí que no sentía felicidad, ni tristeza, ni siquiera envidia por aquella boda. No quería la vida de ella, ni la de nadie, ni la mía.
Un acto en solitario
Suscribirse
Introduce tu correo electrónico para recibir actualizaciones.